A veces estás rodeada de gente, pero igual te sientes sola
La migración puede desconectar. De tu red, de tus costumbres, de ti misma. Tal vez dejaste atrás a quienes te conocen de verdad. O tal vez, aunque ya tienes gente cerca, no logras sentirte comprendida. Esta soledad no siempre se ve desde fuera, pero pesa. Y lo más difícil es que muchas veces te acostumbras a ella. La terapia puede ser un primer espacio de reconexión: con tu historia, con tus emociones y, poco a poco, con los demás.
Soledad emocional
No se trata solo de estar sola físicamente, sino de no poder compartir lo que sientes, de no tener a quién acudir cuando algo te duele. Puedes estar en pareja, tener amistades, hijos… y aun así sentirte sola. Nombrarlo ya es un paso importante.
Dificultad para crear vínculos
Quizás desconfías, te cuesta abrirte, o sientes que no encajas. Tal vez lo intentas, pero las diferencias culturales hacen que todo se sienta más forzado. En terapia, podemos explorar qué barreras internas y externas hay en tu forma de vincularte — y cómo suavizarlas sin dejar de ser tú.
Deseo de conexión más auténtica
La soledad también puede ser un llamado. A construir lazos distintos, a expresarte desde lo que eres, a dejar de adaptarte tanto. No se trata de tener más gente, sino de sentirte más tú en los vínculos que eliges. La terapia puede ayudarte a diferenciar, cuidar y fortalecer esos lazos.
Preguntas frequentes
¿Cómo sé si esta soledad tiene que ver con la migración?
Si empezó o se intensificó desde que migraste, probablemente está relacionada. En consulta exploramos cómo y por qué surge.
¿No debería haberme adaptado ya?
Cada proceso es distinto. Adaptarse no siempre significa conectarse. Puedes llevar años en un país y seguir sintiéndote sola.
¿Y si siento vergüenza de decir que me siento sola?
Es muy común. Muchas personas lo ocultan. En terapia puedes decirlo sin temor a ser juzgada.
¿Esto se puede trabajar sola, sin pareja ni red cercana?
Sí. De hecho, muchas personas comienzan su proceso en soledad. A veces, es justamente ahí donde algo empieza a moverse.
¿Cómo saber si necesito ayuda o solo tiempo?
Si esta sensación se repite, duele o te limita, pedir ayuda puede darte alivio y herramientas. No es signo de debilidad, sino de cuidado propio.

